Voy a fumarme mis dedos para no olvidar el sabor de tu piel...(Huma)
Crítica por Alberto del Castillo
El quinto de la banda, “El Baile de la Desesperación” (Zafiro, 1991) se abre con “La vida que mala es”, una canción que marcó época en la banda, rápida y atrayente es el éxito más importante para el grupo y con el que más se acercaron al número uno.
Se trata de uno de sus mejores discos, las canciones son muy buenas y no hay fisuras en cuanto a composiciones que queden en segundo plano, todo es interesante y ofrece algo. Así, “Este es nuestro tiempo”, la segunda canción, es una de las mas poéticas y emotivas, y contiene citas a Calderón: "Se que la vida es sueño, ya lo dijo Calderón". O una de las imágenes más potentes de todas las letras que José Ignacio Lapido ha escrito: "te ahogaras justo en la orilla después de mucho nadar". Sin duda una de las mejores canciones firmadas por la banda.
Ofrecen su lado más rockero, las canciones son mucho más aceleradas que en los anteriores, un sonido más puro en las guitarras, como se puede escuchar en la potente “San Martin”. “La canción del espantapájaros”, nada que ver con las distintas versiones que hacían de ella en sus conciertos (grabada está la versión del último concierto que es acústica) no le hace demasiada justicia, siendo demasiado acelerada y menos emotiva que lo que conseguían habitualmente.
Un disco que suena al directo de 091, poco producido y con un sonido muy crudo y real. La producción esta vez la llevo a cabo Juan Miguel Cobos y los propios ceronoventayuno. Vuelve a abandonar la banda Antonio Arias, como ya hizo tras “Doce Canciones sin Piedad” (Zafiro, 1989), y el encargado del bajo fue Francisco Cabello, Pacoco. Se trata por otra parte de la última grabación con Zafiro.
La canción que da nombre al álbum, también muy rockera es otro de los puntos cumbre del disco. A partir de “El baile de la desesperación” se abre una parte formada por muy buenas canciones de los cero, como “El lado oscuro de las cosas” o “Un camino equivocado”, canciones que ponen fin a uno de los discos más maduros y mejor hechos de 091.
La Fonoteca
Se trata de uno de sus mejores discos, las canciones son muy buenas y no hay fisuras en cuanto a composiciones que queden en segundo plano, todo es interesante y ofrece algo. Así, “Este es nuestro tiempo”, la segunda canción, es una de las mas poéticas y emotivas, y contiene citas a Calderón: "Se que la vida es sueño, ya lo dijo Calderón". O una de las imágenes más potentes de todas las letras que José Ignacio Lapido ha escrito: "te ahogaras justo en la orilla después de mucho nadar". Sin duda una de las mejores canciones firmadas por la banda.
Ofrecen su lado más rockero, las canciones son mucho más aceleradas que en los anteriores, un sonido más puro en las guitarras, como se puede escuchar en la potente “San Martin”. “La canción del espantapájaros”, nada que ver con las distintas versiones que hacían de ella en sus conciertos (grabada está la versión del último concierto que es acústica) no le hace demasiada justicia, siendo demasiado acelerada y menos emotiva que lo que conseguían habitualmente.
Un disco que suena al directo de 091, poco producido y con un sonido muy crudo y real. La producción esta vez la llevo a cabo Juan Miguel Cobos y los propios ceronoventayuno. Vuelve a abandonar la banda Antonio Arias, como ya hizo tras “Doce Canciones sin Piedad” (Zafiro, 1989), y el encargado del bajo fue Francisco Cabello, Pacoco. Se trata por otra parte de la última grabación con Zafiro.
La canción que da nombre al álbum, también muy rockera es otro de los puntos cumbre del disco. A partir de “El baile de la desesperación” se abre una parte formada por muy buenas canciones de los cero, como “El lado oscuro de las cosas” o “Un camino equivocado”, canciones que ponen fin a uno de los discos más maduros y mejor hechos de 091.
La Fonoteca
Semen
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