Voy a fumarme mis dedos para no olvidar el sabor de tu piel...(Huma)
Extraido de la revista La Risa de La Hiena primavera 2002
Rudolf, y con la cabeza levantada y
reclinado en su candencioso cuerpo
la miraba con sus profundos ojos verdes.
Ella, esbelta y apetitosa, bailaba
enfrente y en torno a Rudolf apenas sin
tocar el suelo. Él - es de suponerce-
estaba en posicion de ataque, con esa
nerviosidad serena que siempre le fue tan
característica. Ella, seductora, como si no se diera
cuenta de la situación, seguía exhibiéndose alegre y
provocativa. Rudolf, entonces, de un sólo
movimiento atrapó entre sus fauces gatunas a la
mariposa y, de dos mordidas, se la comió.
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