Cabalgando en el unicornio trampozo sobre los ojos del dolor...
Te extrañaremos...
El periodista mexicano Raúl de la Rosa calificó este lunes a Chavela Vargas como una mujer insurrecta en todo lo que hizo, “fue un ser extraordinario, polémica como pocas y siempre defendió su postura”. Vargas falleció en la víspera a los 93 años en la ciudad turística mexicana de Cuernavaca (centro).
El también columnista del diario La Jornada indicó en entrevista para teleSUR que Vargas fue “una gran artista para América Latina, que siempre fue muy clara en su forma de vivir (...) Fue un ser de estos que se dan muy de vez en cuando”.
De la Rosa recordó que Chavela Vargas entró a la música con el pie derecho, de mano de una catedral del ritmo mexicano como fue José Alfredo Jiménez, cuando llegó a la nación norteamericana desde Costa Rica con apenas 15 o 17 años.
Destacó que no escribió y no compuso música, sino que tuvo la inteligencia de escoger las piezas que a ella “le quedaban muy bien”.
“Ella (Chavela Vargas) prescindió de todo aquello que pudiera ser artificial, como pocas personas en esta época” no trabajó “con la tecnología, el sonido, los audios y efectos que hoy en día utilizan los cantantes. Esta mujer se centró en lo que llaman unplug, desconectado o acústico”, agregó.
El periodista resaltó que Vargas con su voz inmortalizó temas como Paloma Negra o La Llorona “que es la canción de la desesperación, del amor imposible”.
México y toda América Latina están de luto este lunes por el fallecimiento de Chavela Vargas, por lo que continuarán durante la jornada homenajes póstumos. La cantante será velada desde la 17H00 locales (22H00 GMT) en la Plaza Garibaldi de la capital, famosa por sus cantinas y conjuntos de mariachis.
Nacida en Costa Rica el 17 de abril de 1919 y naturalizada mexicana, Isabel Vargas Lizano llegó a México siendo una adolescente donde se desarrolló como cantante. Chavela tuvo amistad con personajes de la cultura local y extranjera, así como con las figuras musicales más importantes de su época.
La "Dama de poncho rojo" pisó los escenarios de Nueva York, París y Barcelona. Fue un personaje fuerte y polémico que padeció alcoholismo durante tres décadas, nunca negó su homosexualidad y se atrevió a incursionar en la música ranchera un género que en su época era exclusiva de los hombres.
En su voz, dio celebridad a canciones como "Macorina", "No sufras más", "María tepozteca", "Piensa en mí", "Paloma negra", "Fallaste corazón", "Que bonito amor" y "Un mundo raro".
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