Dame el beso más grande del mundo,
con la boca atenta y los labios siempre en flor...
El primer track empieza con la introducción del acordeón
para luego-al
promediar los dos minutos- aparecer los teclados siniestros
hasta el
final del tema, luego del cual, como una intromisión etérea
empieza el
segundo -con ciertas influencias del kraut rock?-
desarrollado por
golpes de batería y saxofón, preámbulo para las líricas
(impresas en su
totalidad al interior del digipack) en la dulce voz de su
autora: Una Vena.
Inmediatamente aparece -otra vez- la disposición hacia los
instrumentos
de viento, que acompañará el tercer track y el resto de
temas al igual
que la batería a veces cercanos al estilo progresivo de las
grandes
bandas. El quinto y sexto tienen en los teclados y en el
instrumento de
viento -respectivamente- las bases para la deconstrucción de
los
mismos. El séptimo se aproxima al concepto de canción (claro
está, sin
lírica) con cierta armonía dada por la batería y la
guitarra, para empalmar
-como si de un solo track se tratara- con el siguiente.
Quizás los
temas más conceptuales sean los que siguen a continuación
como el noveno y
el décimo con varios instrumentos en su desarrollo a lo
largo de sus
casi 6 minutos. Reynaldo Gonzalez Agreda
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