jueves, 22 de mayo de 2014

Cabezas de Cera Metalmúsica / Aleaciones aleatorias FLAC y MP3 320 kbps



Me converti en un loco con largos intervalos de horrible cordura... (Edgar Allan Poe)

Un aporte de Getzemaní González(Puedo aullarlo todo), gracias...

Los vi y escuché en el dos mil ocho, en el, en ése tiempo llamado, Festival de arte experimental de Maravatío, (Arx Fest.) El Teatro Morelos fue la sede que este sublime encuentro. Recuerdo que había oído algunas canciones y  muchos en la Facultad de Filosofía hablaban sobre Cabezas de Cera (CDC) pero toda referencia se queda corta a la experiencia que significa escucharlos en vivo y más con una acústica como la del ya mencionado teatro.  Su exquisita mezcla de rock progresivo, experimental, folclore y jazz, los colocan como una propuesta única e irrepetible.
Mauricio Sotelo,  Francisco Sotelo y Ramsés Luna te hipnotizan en una vorágine de sensaciones indescriptibles; el realismo mágico se infiltra por los oídos, llega a la sangre y hace de los latidos del corazón un acompañante cronológico de la experiencia mística que supone ser, durante unas horas, parte de una comunidad que ensueña a través melodías que se bifurcan, a la vez, entre la música primitiva africana, latinoamericana, etéreos destellos orientales y, por otro lado, música futurista que nos hace pensar en pirámides aztecas robóticas.
Lo que ahora les presento es el tercer álbum de CDC, que está compuesto por dos discos, el primero, Metalmúsica, es un proyecto de Francismo Sotelo donde se ponen a prueba los instrumentos creados por él mismo. Y el segundo, Aleaciones aleatorias, está compuesto por piezas de cortometrajes y otros proyectos en los que ha participado el grupo. Así que, sin dejar de tener un sonido propio, CDC nos muestra un álbum variopinto en sus matices… Y para prueba hablaré de las piezas que más me impactaron. “Nocturno incandescente” comienza con una especie de llamados africanos que nos recuerdan a un espíritu que se autofecunda en medio de la selva, una autarquía húmeda que nos pone en contacto con nuestro ser salvaje y primitivo, algo que se revela por sí mismo en cada paso evolutivo. Ahora, es en “Espejismo” donde el propósito del disco queda develado: la combinación de instrumentos creados se hace presente para formar una atmósfera dulce e hipnótica, un onirismo rítmico que seduce, y aquí lo filosófico se revela: los metales pueden crear cosas suaves, de esas contradicciones está llena la vida y este álbum que la refleja.  Luego encontramos a “Indomable”, una pieza que es de mis favoritas de CDC, pues es la primera melodía que escuché de ellos, entonces le guardo un cariño especial… Por el juego de cuerdas, la percusión y el wind midi de Ramsés, se hace un eclepticismo entre lo que podría ser un étnico sonido lírico, y elementos electrónicos, representando, de nuevo, ese choque entre lo arcano y la vanguardia, lo que sin venir está aquí.
Hablando un poco del segundo disco, hay piezas por demás interesantes… Aquí sólo doy un ejemplo de la diversidad musical contenida en el álbum. Y bueno, llega el turno de otra de mis favoritas que, sin ser jipi, me llena de buena energía y serenidad, “Cazador de ballenas” es una pieza que muestra sonidos naturalistas, selváticos y oceánicos, un encuentro entre la tierra y el mar, un track que busca encontrarse con el homo anfibio que se reconoce panteísta, como parte de un todo divino del cual él mismo es expresión… Curiosamente, también es en “Cazador de ballenas” donde encontramos los ya clásicos experimentos noise a los que CDC nos tienen acostumbrados, ruido que crea sin embargo una amalgama psíquica interesante, ese encuentro entre la estructura y la cacofonía que desemboca en una unidad espiritual que despierta a la mente de su sueño dogmático. Después “El rito del guerrero” tal vez sea el track que más nos recuerda el neochamanismo con una cosmovisión desnuda de la antiquísima cultura musical mexicana. Para piezas más adelante encontrar a “La banda sonora para un cuento” de Ramsés, que es por demás interesante, porque, tal vez sin ser la intención del autor, nos invita precisamente a crear microcuentos a través de los sonidos del wind midi. Y así el disco cierra con casi catorce minutos de “Para Mercedes” que nos deja con un exquisito sabor de orejas.
Habrá que decir que nos encontramos con una excelente banda que nos deja, también, un excelente álbum: un ritual de onirismo metafísico que, sin embargo, se clava en la sangre y se tatúa en los huesos como prueba de que lo sublime existe pese a nosotros mismos. CDC es una de esas bandas que nos recuerda que existe lo divino, tal vez por su dosis mística de neochamanismo musical que exporta de México al mundo, tal vez por la meta-conciencia que crea para despertar a la conciencia. Lo que tenemos que reconocer, pese a nuestro posible ateísmo, es que después de escucharlos sabemos que hay algo de divino en el Universo y que tal vez, como decía Cioran, “Dios es una (…) alucinación sonora”.

Cabezas de Cera
Metalmúsica / Aleaciones aleatorias
FLAC y MP3 320 kbps


Semen

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