viernes, 13 de mayo de 2011

Fotógrafo del Cielo - Invierno, las hojas secas no se pudren(2009)


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...


Grabado durante el otoño de 2009.

Se acerca el invierno, las mañanas amanecen entre neblinas y el frío se instala en nuestra piel. Termina el otoño dejando como único testigo de su corto reinado algunas hojas secas, aquellas que como bien dice el Fotógrafo del cielo no se llegan a pudrir.
Myspace


Spanish Gothic Bands Vol.3 (1994)


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

Otro regalo de Jaume para todos, una recopilacion de bandas Goticas de España..

En 1994, Grabiones Góticas edita el CD ” Spanish Gothic Bands vol.3″ , Humillados comparte el recopilatorio con grupos como Ancient Tales, Paralitikos, Gothic Sex..etc
Los Humillados


Semen

Ivo Naïf - Maxi


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

Un regalo de Jaume para todos, como él dijo (Aquí va el Maxi de Ivo Naïf, una verdadera locura...) y si que lo es, una joya que no puede faltar en tu discoteca de la locura!!!!!!!!
Gracias Jaume!!!!!! ya puedes arder en paz...

En 1994 los Ivo Naïf grabamos un maxi-CD con dos temas, La Anunciación y Besuqueso. ésta última pretendía ser la canción más fea de la historia, y en su lugar conseguimos la que quizás fue nuestra canción más celebrada por nuestros amigos. Este disco tuvo una vida extraña: Roger Gual me explicó que en Nueva York, en la tienda de música de vanguardia del soho neoyorkino, se encontró con este maxi-CD y al comentarle al dueño que éramos amigos suyos, éste le respondió que era el disco más raro que tenía en la tienda. ¡Somos más raros que John Zorn!. Otras copias se fueron a Japón (no sabemos a manos de quién fueron a parar) y las demás fueron vistas en una gasolinera de Lleida. Hace poco se me ocurrió hacer una segunda parte, a ver si es verdad que segundas partes siempre fueron malas y consigo así hacer algo peor. Adjunto los comentarios que le hice a Toni Martí sobre la letra.

lolabech



Semen

jueves, 12 de mayo de 2011

Dando Amor en concierto 03 Junio 2011 Café Voltaire Flyer oficial


Señores, 100% confirmado el concierto de Corsal desastre, les recuerdo que el lugar es un espacio pequeño asi que si nos quieres acompañar el viernes 03 de junio llegues temprano para alcanzar buen lugar, todos los datos estan dentro del flyer...

martes, 10 de mayo de 2011

Chucho - Los diarios de petróleo


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

Chucho, la banda que Fernando Alfaro montó en torno a sí tras el cerrojazo a Surfin’ Bichos, desapareció en 2005 tras editar ‘Koniec’ (aquel fin en polaco que despedía los episodios de ‘Lolek y Bolek’). Era un gran álbum, de pop-rock directo al más genuino estilo Alfaro, magnífico. Pero mirando atrás no puede superar el impacto y la huella de una obra desbordante, abrumadora, excesiva, exhibicionista, seductora, ambiciosa, imperfecta: ‘Los Diarios Del Petróleo’.

jenesaispop.com



Semen

George Gordon Byron, sexto Lord Byron. - Acuérdate de Mí


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite... 

Llora en silencio mi alma solitaria,
excepto cuando esté mi corazón
unido al tuyo en celestial alianza
de mutuo suspirar y mutuo amor.

Es la llama de mi alma cual aurora,
brillando en el recinto sepulcral:
casi extinta, invisible, pero eterna...
ni la muerte la puede mancillar.

¡Acuérdate de mí!... Cerca a mi tumba
no pases, no, sin regalarme tu plegaria;
para mi alma no habrá mayor tortura
que el saber que has olvidado mi dolor.

Oye mi última voz. No es un delito
rogar por los que fueron. Yo jamás
te pedí nada: al expirar te exijo
que sobre mi tumba derrames tus lágrimas.

Esta es una versión libre del poema de Lord Byron, Acuérdate de Mí, realizada por El Espejo Gótico. Para reproducir total o parcialmente nuestra traducción, escríbenos a: elespejogotico@gmail.com

lunes, 9 de mayo de 2011

Chucho - EP


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

Albacete 1996. LimboStarr.
Dos años de inactividad para Fernando Alfaro, tras publicar el album sin gira y último de la carrera de Surfin Bichos, El amigo de las tormentas. Para entonces Joaquín Pascual ya nos había deleitado con Acrobacias (1995), que sin duda gustó al público, pero se echaba en falta la mente retorcida de Fernando. Con este EP, pronto agotado, y posteriormente reeditado en 2002, el compositor se nos muestra agresivo y sangrante. Arranca hiriente con Conexión de hueso, que recuerda bastante a Surfin (a Fotógrafo del cielo), pero pasado por la turmix del noise puro, y con Fernando ejercitando los falsetes tan bien como sólo él sabe. Breath es un tema gemelo del anterior, y separados ambos por los medios tiempos de Ladrándole al inferno. Pero la perla del disco es, sin duda, Esto es mi sangre. La favorita del público en la gira del durísimo 78, acostrumbaban a reservarla para el final, se trata de uno de los mejores momentos compositivos del autor, y contiene todo lo mejor: rabia en la entrada, un guión perfecto a lo largo de su desarrollo y un final que se te clava.
El EP fué preámbulo de lo que se avecinaba después, pero el resto es historia...
Culturanoventa


Semen

Arde Asia - Abril


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

Si, cuantas veces me di, de cabesazos contra el techo, penzando que estarias haciendo...Si un dia fui Rey, de tus poses y tus gestos, si un dia fui Rey y aunque hace ya mucho tiempo siempre que te veo me acuerdo...


Semen

Dando Amor en concierto 03 Junio 2011 Café Voltaire





Señores, 100% confirmado el concierto de Corsal desastre, les recuerdo que el lugar es un espacio pequeño asi que si nos quieres acompañar el viernes 03 de junio llegues temprano para alcanzar buen lugar, todos los datos estan dentro del flyer...

viernes, 6 de mayo de 2011

Mus - El naval


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

Mus nace en los albores del Xixon Sound, en el momento en el que Fran Gayo y Mónica Vacas deciden poner en común sus inquietudes musicales y tratar de plasmarlas en una grabación. Poco tardaron en intentar vendérnoslos como la gran esperanza de la música electrónica nacional, pero ajenos a todo eso y a mucho más, Mus caminaban lentos pero seguros (muy seguros) e iban publicando temas que moldeaban el camino que querían ir dibujando. Ahora, cinco años después de aquellos comienzos, Acuarela Discos edita El Naval, su segundo larga duración, donde el sentido de la evolución y de la coherencia han dado como resultado su colección de canciones más íntima y personal, sin grandes alardes ni sobresaltos, con una sencillez abrumadora Mus han creado diez temas limpios y sinceros, de fácil almuerzo y pausada digestión.
Muzikalia


Semen 

Almudena Grandes - Las edades de Lulú


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...


Como no podía ser de otra forma, el segundo libro que os voy a presentar es 'Las edades de Lulu', publicado en 1989.

Fue la primera novela de Almudena Grandes, con la cual consiguió ganar el premio de literatura erótica 'La sonrisa vertical'. Se trata de una sugerente historia de amor, iniciación y aprendizaje sexual, realmente excitante y morbosa, que seguro que no defraudará a los lectores VICIOSOS de este blog.
Extraido de La grandeza de los Vicios




Semen

Pumuky - El bosque en llamas


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

Una muy buena recomendacion de mi carnal Seben...

No se trata de un disco que te entre en una primera escucha, las canciones que lo componen forman un universo homogéneo de melodías envolventes y atmosféricas que a veces derrochan contundencia, pasión y energía (‘La marca’) mientras otras veces optan por atraernos con sonidos más espesos a la vez que tranquilos y melancólicos (‘Si desaparezco’)...
Retro Musica




Semen

Fernando Alfaro y Los Alienistas - Carnevisión


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

Primer material de Fernando Alfaro, anterior publicamos lo que es el ultimo de sus discos...

Tras la disolución de Chucho en 2005 y la gira con Surfin Bichos con motivo de su reunión temporal durante 2006, Fernando Alfaro (guitarra y voz) vuelve a la carga con este nuevo proyecto musical.

Para iniciar esta nueva etapa se ha rodeado de un grupo de colaboradores, Los Alienistas: José Manuel Mora (ex-Surfin Bichos, ex-Mercromina) al bajo, Carlos Flan (ex-Gonzo y ex-colaborador de Mercromina) a la guitarra, Emilio Abengoza (ex-Chucho, Los Esbirros) al piano y a los teclados, Rosi Herreros (Sangris) a la batería e Isabel León (ex-Surfin Bichos, ex-Chucho, Is) a los coros.

Su disco de debut, "Carnevisión", se grabó en verano de 2006 bajo la dirección de Kaki Arkarazo en los Estudios Garate y fue masterizado por Daniel Altarriba. El álbum tiene como fecha prevista de publicación el 14 de mayo de 2007. Será editado por el nuevo sello discográfico Los Enanos Gigantes.
Fernando Alfaro


Semen

El Cuervo De Poe - Vox Corvus La Voz del Cuervo


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

El Cuervo de Poe es una banda de Metal Gótico Alternativo, originaria de Guadalajara Jalisco, México. La agrupación se formó en mayo del 2004 con Oscar Muro (Batería) y Vicente Márquez (Guitarra) como sus iniciadores.
En el 2005 graba su primer material DEMO en Cubo Estudios, con Daniella Lazzeri en la voz, David Martínez al bajo eléctrico y Juan Antonia Paez, como co-productor. A finales de este año se integra Jerrel Shaw a la banda como violinista.
En abril del siguiente año ganan el concurso nacional de bandas “Tokin Records”. Y tras varios cambios de alineación, para términos del año, comienza la grabación del Album debut, con Julia Gaos como nueva vocalista.
Para Junio del 2007 sale al mercado el disco “Vox Corvus: La Voz del Cuervo” de manera independiente y única para México, sin embargo; gracias al internet el disco fue descargado en países como Colombia, Venezuela, Estados Unidos y más.
A principios del 2008 firma con la disquera “Renaissance Records” de Estados Unidos, editando el material nuevamente y teniéndolo disponible en venta digital. En este año sale Julia Gaos.
Y en el 2009 se graban dos canciones en formato DEMO con Brenda Gaviño como la Voz definitiva de la agrupación; previo al siguiente álbum planeado editarse en el 2010. También para este año se integra Richie Part como segunda guitarra y el 4 de diciembre comparten escenario con la banda holandesa Epica en el Teatro Estudio Cavaret de Guadalajara.
Para enero del 2010 la agrupación es nominada en la categoría “Mejor banda que canta en Español” para los premios FEMALE METAL AWARDS y se reincorpora Ernie Martinez en el violín (quien grabo el primer demo con nosotros). Actualmente preparan su gira por Sudamérica y segundo álbum de estudio.
Miembros:
Brenda Gaviño - Voz Vicente Marquez - Guitarra Riche Part - Guitarra David Martinez - Bajo Oscar Muro - Batería
Mispace


Semen

jueves, 5 de mayo de 2011

Paralisis Permanente - Singles y Primeras Grabaciones


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapi...

La banda fue formada por Eduardo Benavente (Madrid, 30 de octubre de 1962 - Alfaro, 14 de mayo de 1983) (guitarra) y Nacho Canut (bajo), ex miembros de Alaska y los Pegamoides, junto a sus respectivos hermanos, Javier Benavente (voz) y Johnny Canut (batería), hacia principios de 1981. Esta formación llegó a grabar una maqueta, que se incluyó en la recopilación Singles y primeras grabaciones de 1995. La maqueta incluye una versión en castellano de la canción «Warhead» de UK Subs, titulada «¿Por qué?» Javier abandonó pronto el proyecto y entonces Eduardo pasó a ser el cantante además de guitarrista. Presentaron el proyecto Parálisis Permanente en la sala Jardín, alejándose del sonido Pegamoide y optando por un aire siniestro y oscuro más cercano a bandas como Décima Víctima o Gabinete Caligari.


Semen

Fernando Alfaro - La vida es extraña y rara


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

Material nuevo del que fuera lider de bandas como Surfin’ Bichos, Chucho, Fernando Alfaro y Los Alienistas y ahora en solitario bajo su propio nombre, Fernando Alfaro, una de las figuras indiscutibles de la escena independiente publica La vida es extraña y rara en CD y LP.


Semen

Diego Vasallo & Roger Wolfe - La máquina del mundo


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

La maquina del mundo es un disco libro realizado con el poeta Roger Wolfe, que se ha encargado de los textos. En este proyecto también colaboran Suso Saiz y Joserra Senperena.


Semen

Edgar Allan Poe - La verdad sobre el caso del señor Valdemar


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

De ninguna manera me parece sorprendente que el extraordinario caso del señor Valdemar haya provocado tantas discusiones. Hubiera sido un milagro que ocurriera lo contrario, especialmente en tales circunstancias. Aunque todos los participantes deseábamos mantener el asunto alejado del público -al menos por el momento, o hasta que se nos ofrecieran nuevas oportunidades de investigación-, a pesar de nuestros esfuerzos no tardó en difundirse una versión tan espuria como exagerada que se convirtió en fuente de muchas desagradables tergiversaciones y, como es natural, de profunda incredulidad.

El momento ha llegado de que yo dé a conocer los hechos -en la medida en que me es posible comprenderlos-. Helos aquí sucintamente:

Durante los últimos años el estudio del hipnotismo había atraído repetidamente mi atención. Hace unos nueve meses, se me ocurrió súbitamente que en la serie de experimentos efectuados hasta ahora existía una omisión tan curiosa como inexplicable: jamás se había hipnotizado a nadie in articulo mortis. Quedaba por verse si, en primer lugar, un paciente en esas condiciones sería susceptible de influencia magnética; segundo, en caso de que lo fuera, si su estado aumentaría o disminuiría dicha susceptibilidad, y tercero, hasta qué punto, o por cuánto tiempo, el proceso hipnótico sería capaz de detener la intrusión de la muerte. Quedaban por aclarar otros puntos, pero éstos eran los que más excitaban mi curiosidad, sobre todo el último, dada la inmensa importancia que podían tener sus consecuencias.

Pensando si entre mis relaciones habría algún sujeto que me permitiera verificar esos puntos, me acordé de mi amigo Ernest Valdemar, renombrado compilador de la Bibliotheca Forensica y autor (bajo el nom de plume de Issachar Marx) de las versiones polacas de Wallenstein y Gargantúa. El señor Valdemar, residente desde 1839 en Harlem, Nueva York, es (o era) especialmente notable por su extraordinaria delgadez, tanto que sus extremidades inferiores se parecían mucho a las de John Randolph, y también por la blancura de sus patillas, en violento contraste con sus cabellos negros, lo cual llevaba a suponer con frecuencia que usaba peluca. Tenía un temperamento muy nervioso, que le convertía en buen sujeto para experiencias hipnóticas. Dos o tres veces le había adormecido sin gran trabajo, pero me decepcionó no alcanzar otros resultados que su especial constitución me había hecho prever. Su voluntad no quedaba nunca bajo mi entero dominio, y, por lo que respecta a la clarividencia, no se podía confiar en nada de lo que había conseguido con él. Atribuía yo aquellos fracasos al mal estado de salud de mi amigo. Unos meses antes de trabar relación con él, los médicos le habían declarado tuberculoso. El señor Valdemar acostumbraba referirse con toda calma a su próximo fin, como algo que no cabe ni evitar ni lamentar.

Cuando las ideas a que he aludido se me ocurrieron por primera vez, lo más natural fue que acudiese a Valdemar. Demasiado bien conocía la serena filosofía de mi amigo para temer algún escrúpulo de su parte; por lo demás, no tenía parientes en América que pudieran intervenir para oponerse. Le hablé francamente del asunto y, para mi sorpresa, noté que se interesaba vivamente. Digo para mi sorpresa, pues si bien hasta entonces se había prestado libremente a mis experimentos, jamás demostró el menor interés por lo que yo hacía. Su enfermedad era de las que permiten un cálculo preciso sobre el momento en que sobrevendrá la muerte. Convinimos, pues, en que me mandaría llamar veinticuatro horas antes del momento fijado por sus médicos para su fallecimiento.

Hace más de siete meses que recibí la siguiente nota, de puño y letra de Valdemar:

    Estimado P...:

    Ya puede usted venir. D... y F... coinciden en que no pasaré de mañana a medianoche, y me parece que han calculado el tiempo con mucha exactitud.

    Valdemar



Recibí el billete media hora después de escrito, y quince minutos más tarde estaba en el dormitorio del moribundo. No le había visto en los últimos diez días y me aterró la espantosa alteración que se había producido en tan breve intervalo. Su rostro tenía un color plomizo, no había el menor brillo en los ojos y, tan terrible era su delgadez, que la piel se había abierto en los pómulos. Expectoraba continuamente y el pulso era casi imperceptible. Conservaba no obstante una notable claridad mental, y cierta fuerza. Me habló con toda claridad, tomó algunos calmantes sin ayuda ajena y, en el momento de entrar en su habitación, le encontré escribiendo unas notas en una libreta. Se mantenía sentado en el lecho con ayuda de varias almohadas, y estaban a su lado los doctores D... y E..

Luego de estrechar la mano de Valdemar, llevé aparte a los médicos y les pedí que me explicaran detalladamente el estado del enfermo. Desde hacía dieciocho meses, el pulmón izquierdo se hallaba en un estado semióseo o cartilaginoso, y, como es natural, no funcionaba en absoluto. En su porción superior el pulmón derecho aparecía parcialmente osificado, mientras la inferior era tan sólo una masa de tubérculos purulentos que se confundían unos con otros. Existían varias dilatadas perforaciones y en un punto se había producido una adherencia permanente a las costillas. Todos estos fenómenos del lóbulo derecho eran de fecha reciente; la osificación se había operado con insólita rapidez, ya que un mes antes no existían señales de la misma y la adherencia sólo había sido comprobable en los últimos tres días. Aparte de la tuberculosis los médicos sospechaban un aneurisma de la aorta, pero los síntomas de osificación volvían sumamente difícil un diagnóstico. Ambos facultativos opinaban que Valdemar moriría hacia la medianoche del día siguiente (un domingo). Eran ahora las siete de la tarde del sábado.

Al abandonar la cabecera del moribundo para conversar conmigo, los doctores D... y F... se habían despedido definitivamente de él. No era su intención volver a verle, pero, a mi pedido, convinieron en examinar al paciente a las diez de la noche del día siguiente.

Una vez que se fueron, hablé francamente con Valdemar sobre su próximo fin, y me referí en detalle al experimento que le había propuesto. Nuevamente se mostró dispuesto, e incluso ansioso por llevarlo a cabo, y me pidió que comenzara de inmediato. Dos enfermeros, un hombre y una mujer, atendían al paciente, pero no me sentí autorizado a llevar a cabo una intervención de tal naturaleza frente a testigos de tan poca responsabilidad en caso de algún accidente repentino. Aplacé, por tanto, el experimento hasta las ocho de la noche del día siguiente, cuando la llegada de un estudiante de medicina de mi conocimiento (el señor Theodore L...l) me libró de toda preocupación. Mi intención inicial había sido la de esperar a los médicos, pero me vi obligado a proceder, primeramente por los urgentes pedidos de Valdemar y luego por mi propia convicción de que no había un minuto que perder, ya que con toda evidencia el fin se acercaba rápidamente.

El señor L...l tuvo la amabilidad de acceder a mi pedido, así como de tomar nota de todo lo que ocurriera. Lo que voy a relatar ahora procede de sus apuntes, ya sea en forma condensada o verbatim.

Faltaban cinco minutos para las ocho cuando, después de tomar la mano de Valdemar, le pedí que manifestara con toda la claridad posible, en presencia de L...l, que estaba dispuesto a que yo le hipnotizara en el estado en que se encontraba.

Débil, pero distintamente, el enfermo respondió: «Sí, quiero ser hipnotizado», agregando de inmediato: «Me temo que sea demasiado tarde.»

Mientras así decía, empecé a efectuar los pases que en las ocasiones anteriores habían sido más efectivos con él. Sentía indudablemente la influencia del primer movimiento lateral de mi mano por su frente, pero, aunque empleé todos mis poderes, me fue imposible lograr otros efectos hasta algunos minutos después de las diez, cuando llegaron los doctores D... y F..., tal como lo habían prometido. En pocas palabras les expliqué cuál era mi intención, y, como no opusieron inconveniente, considerando que el enfermo se hallaba ya en agonía, continué sin vacilar, cambiando, sin embargo, los pases laterales por otros verticales y concentrando mi mirada en el ojo derecho del sujeto.

A esta altura su pulso era imperceptible y respiraba entre estertores, a intervalos de medio minuto.

Esta situación se mantuvo sin variantes durante un cuarto de hora. Al expirar este período, sin embargo, un suspiro perfectamente natural, aunque muy profundo, escapó del pecho del moribundo, mientras cesaba la respiración estertorosa o, mejor dicho, dejaban de percibirse los estertores; en cuanto a los intervalos de la respiración, siguieron siendo los mismos. Las extremidades del paciente estaban heladas.

A las once menos cinco, advertí inequívocas señales de influencia hipnótica. La vidriosa mirada de los ojos fue reemplazada por esa expresión de intranquilo examen interior que jamás se ve sino en casos de hipnotismo, y sobre la cual no cabe engañarse. Mediante unos rápidos pases laterales hice palpitar los párpados, como al acercarse el sueño, y con unos pocos más los cerré por completo. No bastaba esto para satisfacerme, sin embargo, sino que continué vigorosamente mis manipulaciones, poniendo en ellas toda mi voluntad, hasta que hube logrado la completa rigidez de los miembros del durmiente, a quien previamente había colocado en la posición que me pareció más cómoda. Las piernas estaban completamente estiradas; los brazos reposaban en el lecho, a corta distancia de los flancos. La cabeza había sido ligeramente levantada.

Al dar esto por terminado era ya medianoche y pedí a los presentes que examinaran el estado de Valdemar. Luego de unas pocas verificaciones, admitieron que se encontraba en un estado insólitamente perfecto de trance hipnótico. La curiosidad de ambos médicos se había despertado en sumo grado. El doctor D... decidió pasar toda la noche a la cabecera del paciente, mientras el doctor F... se marchaba, con promesa de volver por la mañana temprano. L...l y los enfermeros se quedaron.

Dejamos a Valdemar en completa tranquilidad hasta las tres de la madrugada, hora en que me acerqué y vi que seguía en el mismo estado que al marcharse el doctor F...; vale decir, yacía en la misma posición y su pulso era imperceptible. Respiraba sin esfuerzo, aunque casi no se advertía su aliento, salvo que se aplicara un espejo a los labios. Los ojos estaban cerrados con naturalidad y las piernas tan rígidas y frías como si fueran de mármol. No obstante ello, la apariencia general distaba mucho de la de la muerte.

Al acercarme intenté un ligero esfuerzo para influir sobre el brazo derecho, a fin de que siguiera los movimientos del mío, que movía suavemente sobre su cuerpo. En esta clase de experimento jamás había logrado buen resultado con Valdemar, pero ahora, para mi estupefacción, vi que su brazo, débil pero seguro, seguía todas las direcciones que le señalaba el mío. Me decidí entonces a intentar un breve diálogo.

-Valdemar..., ¿duerme usted? -pregunté.

No me contestó, pero noté que le temblaban los labios, por lo cual repetí varias veces la pregunta. A la tercera vez, todo su cuerpo se agitó con un ligero temblor; los párpados se levantaron lo bastante para mostrar una línea del blanco del ojo; moviéronse lentamente los labios, mientras en un susurro apenas audible brotaban de ellos estas palabras:

-Sí... ahora duermo. ¡No me despierte! ¡Déjeme morir así!

Palpé los miembros, encontrándolos tan rígidos como antes. Volví a interrogar al hipnotizado:

-¿Sigue sintiendo dolor en el pecho, Valdemar?

La respuesta tardó un momento y fue aún menos audible que la anterior:

-No sufro... Me estoy muriendo.

No me pareció aconsejable molestarle más por el momento, y no volví a hablarle hasta la llegada del doctor F..., que arribó poco antes de la salida del sol y se quedó absolutamente estupefacto al encontrar que el paciente se hallaba todavía vivo. Luego de tomarle el pulso y acercar un espejo a sus labios, me pidió que le hablara otra vez, a lo cual accedí.

-Valdemar -dije-. ¿Sigue usted durmiendo?

Como la primera vez, pasaron unos minutos antes de lograr respuesta, y durante el intervalo el moribundo dio la impresión de estar juntando fuerzas para hablar. A la cuarta repetición de la pregunta, y con voz que la debilidad volvía casi inaudible, murmuró:

-Sí... Dormido... Muriéndome.

La opinión o, mejor, el deseo de los médicos era que no se arrancase a Valdemar de su actual estado de aparente tranquilidad hasta que la muerte sobreviniera, cosa que, según consenso general, sólo podía tardar algunos minutos. Decidí, sin embargo, hablarle una vez más, limitándome a repetir mi pregunta anterior.

Mientras lo hacía, un notable cambio se produjo en las facciones del hipnotizado. Los ojos se abrieron lentamente, aunque las pupilas habían girado hacia arriba; la piel adquirió una tonalidad cadavérica, más semejante al papel blanco que al pergamino, y los círculos hécticos, que hasta ese momento se destacaban fuertemente en el centro de cada mejilla, se apagaron bruscamente. Empleo estas palabras porque lo instantáneo de su desaparición trajo a mi memoria la imagen de una bujía que se apaga de un soplo. Al mismo tiempo el labio superior se replegó, dejando al descubierto los dientes que antes cubría completamente, mientras la mandíbula inferior caía con un sacudimiento que todos oímos, dejando la boca abierta de par en par y revelando una lengua hinchada y ennegrecida. Supongo que todos los presentes estaban acostumbrados a los horrores de un lecho de muerte, pero la apariencia de Valdemar era tan espantosa en aquel instante, que se produjo un movimiento general de retroceso.

Comprendo que he llegado ahora a un punto de mi relato en el que el lector se sentirá movido a una absoluta incredulidad. Me veo, sin embargo, obligado a continuarlo.

El más imperceptible signo de vitalidad había cesado en Valdemar; seguros de que estaba muerto lo confiábamos ya a los enfermeros, cuando nos fue dado observar un fuerte movimiento vibratorio de la lengua. La vibración se mantuvo aproximadamente durante un minuto. Al cesar, de aquellas abiertas e inmóviles mandíbulas brotó una voz que sería insensato pretender describir. Es verdad que existen dos o tres epítetos que cabría aplicarle parcialmente: puedo decir, por ejemplo, que su sonido era áspero y quebrado, así como hueco. Pero el todo es indescriptible, por la sencilla razón de que jamás un oído humano ha percibido resonancias semejantes. Dos características, sin embargo -según lo pensé en el momento y lo sigo pensando-, pueden ser señaladas como propias de aquel sonido y dar alguna idea de su calidad extraterrena. En primer término, la voz parecía llegar a nuestros oídos (por lo menos a los míos) desde larga distancia, o desde una caverna en la profundidad de la tierra. Segundo, me produjo la misma sensación (temo que me resultará imposible hacerme entender) que las materias gelatinosas y viscosas producen en el sentido del tacto.

He hablado al mismo tiempo de «sonido» y de «voz». Quiero decir que el sonido consistía en un silabeo clarísimo, de una claridad incluso asombrosa y aterradora. El señor Valdemar hablaba, y era evidente que estaba contestando a la interrogación formulada por mí unos minutos antes. Como se recordará, le había preguntado si seguía durmiendo. Y ahora escuché:

-Sí... No... Estuve durmiendo... y ahora... ahora... estoy muerto.

Ninguno de los presentes pretendió siquiera negar ni reprimir el inexpresable, estremecedor espanto que aquellas pocas palabras, así pronunciadas, tenían que producir. L...l, el estudiante, cayó desvanecido. Los enfermeros escaparon del aposento y fue imposible convencerlos de que volvieran. Por mi parte, no trataré de comunicar mis propias impresiones al lector. Durante una hora, silenciosos, sin pronunciar una palabra, nos esforzamos por reanimar a L...l. Cuando volvió en sí, pudimos dedicarnos a examinar el estado de Valdemar.

Seguía, en todo sentido, como lo he descrito antes, salvo que el espejo no proporcionaba ya pruebas de su respiración. Fue inútil que tratáramos de sangrarlo en el brazo. Debo agregar que éste no obedecía ya a mi voluntad. En vano me esforcé por hacerle seguir la dirección de mi mano. La única señal de la influencia hipnótica la constituía ahora el movimiento vibratorio de la lengua cada vez que volvía a hacer una pregunta a Valdemar. Se diría que trataba de contestar, pero que carecía ya de voluntad suficiente. Permanecía insensible a toda pregunta que le formulara cualquiera que no fuese yo, aunque me esforcé por poner a cada uno de los presentes en relación hipnótica con el paciente. Creo que con esto he señalado todo lo necesario para que se comprenda cuál era la condición del hipnotizado en ese momento. Se llamó a nuevos enfermeros, y a las diez de la mañana abandoné la morada en compañía de ambos médicos y de L...l.

Volvimos por la tarde a ver al paciente. Su estado seguía siendo el mismo. Discutimos un rato sobre la conveniencia y posibilidad de despertarlo, pero poco nos costó llegar a la conclusión de que nada bueno se conseguiría con eso. Resultaba evidente que hasta ahora, la muerte (o eso que de costumbre se denomina muerte) había sido detenida por el proceso hipnótico. Parecía claro que, si despertábamos a Valdemar, lo único que lograríamos seria su inmediato o, por lo menos, su rápido fallecimiento.

Desde este momento hasta fines de la semana pasada -vale decir, casi siete meses- continuamos acudiendo diariamente a casa de Valdemar, acompañados una y otra vez por médicos y otros amigos. Durante todo este tiempo el hipnotizado se mantuvo exactamente como lo he descrito. Los enfermeros le atendían continuamente.

Por fin, el viernes pasado resolvimos hacer el experimento de despertarlo, o tratar de despertarlo: probablemente el lamentable resultado del mismo es el que ha dado lugar a tanta discusión en los círculos privados y a una opinión pública que no puedo dejar de considerar como injustificada.

A efectos de librar del trance hipnótico al paciente, acudí a los pases habituales. De entrada resultaron infructuosos. La primera indicación de un retorno a la vida lo proporcionó el descenso parcial del iris. Como detalle notable se observó que este descenso de la pupila iba acompañado de un abundante flujo de icor amarillento, procedente de debajo de los párpados, que despedía un olor penetrante y fétido. Alguien me sugirió que tratara de influir sobre el brazo del paciente, como al comienzo. Lo intenté, sin resultado. Entonces el doctor F... expresó su deseo de que interrogara al paciente. Así lo hice, con las siguientes palabras:

-Señor Valdemar... ¿puede explicarnos lo que siente y lo que desea?

Instantáneamente reaparecieron los círculos hécticos en las mejillas; la lengua tembló, o, mejor dicho, rodó violentamente en la boca (aunque las mandíbulas y los labios siguieron rígidos como antes), y entonces resonó aquella horrenda voz que he tratado ya de describir:

-¡Por amor de Dios... pronto... pronto... hágame dormir... o despiérteme... pronto... despiérteme! ¡Le digo que estoy muerto!

Perdí por completo la serenidad y, durante un momento, me quedé sin saber qué hacer. Por fin, intenté calmar otra vez al paciente, pero al fracasar, debido a la total suspensión de la voluntad, cambié el procedimiento y luché con todas mis fuerzas para despertarlo. Pronto me di cuenta de que lo lograría, o, por lo menos, así me lo imaginé; y estoy seguro de que todos los asistentes se hallaban preparados para ver despertar al paciente.

Pero lo que realmente ocurrió fue algo para lo cual ningún ser humano podía estar preparado.

Mientras ejecutaba rápidamente los pases hipnóticos, entre los clamores de: «¡Muerto! ¡Muerto!», que literalmente explotaban desde la lengua y no desde los labios del sufriente, bruscamente todo su cuerpo, en el espacio de un minuto, o aún menos, se encogió, se deshizo... se pudrió entre mis manos. Sobre el lecho, ante todos los presentes, no quedó más que una masa casi líquida de repugnante, de abominable putrefacción.

FIN


Corcobado y Los Chatarreros de Sangre y Cielo


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

Exelente Biografia escrita por mi carnal Seven( El Anarquista del Alma, Alfa Vil)...

Hablar de la carrera de Javier Corcobado es harto complicado, pues ya con diecisiete años contaba con una banda llamada Los Presumidos en 1980. Tras militar en esta formación, al año siguiente forma parte de una banda de punk industrial existencialista llamada 429 Engaños que tocaban con bidones entre otros instrumentos y que consiguieron grabar dos temas para Radio 3. Otra banda incipiente de lo que ya sería su imparable carrera y marca de la casa fue Mar Otra Vez que empezaron a grabar en 1985 para el sello DRO y con el que también compartieron un mini-LP con los mismísimos Aviador Dro, una frase clave para esta época sería: "Un viaje oscuro y alucinante al fondo de la mente y a las entrañas del rock más una música que hace temblar".
Fase y frase que continuará por muchos años… Con su siguiente banda, Demonios Tus Ojos, también grabaría LP para el sello DRO en 1988, llegando a ser telonera de Sonic Youth en la época, y saliendo a escena tras beberse quince botellas de champán caliente; Steve Shelley intentó robarle un plato roto a Nacho Colis y Corcobado le dio un pellizco en el culo a Kim Gordon.
Luego llegó un disco en 1989 ya como Corcobado, y dos años después, en 1991, viene el momento culmen de su carrera junto a una superbanda llamada Los Chatarreros de Sangre y Cielo, por donde pasó gente como Suso Saiz, Ollie Halsall, Nacho Laguna, Susana Cáncer, Ana D o Justo Bagüeste, entre muchos otros.
El primer LP de la banda fue “Tormenta de Tormento" (Triquinoise, 1991), un disco indescriptible con reminiscencias de country y rock gótico, sonidos que a veces nos transportan a la China Imperial donde aún se creía en la magia, a las profundidades de un bosque con una luna quemando en el cielo; un disco lleno de oscuras leyendas, declaraciones de principios e introspecciones sobre el infierno del alma con xilófonos, pianos normales y de juguete, diferentes saxos, órganos y flauta de afilador aparte del muro eléctrico habitual en la formación.
El segundo y LP también grabado como el anterior para el sello Triquinoise, cuna del rock maldito nacional de principios de los 90 con bandas como Vírgenes Adolescentes, 713avo Amor, Carmina Burana o Ebria Danza., llegaría dos años después. Este nuevo disco que podríamos calificar como un meteorito lanzado a la cabeza de Dios se llamó “Ritmo de Sangre” (Triquinoise, 1993) y empezaba con una apabullante carta de presentación de más de veinte minutos dedicada a un niño. Resaltar aquí a la baterista, Alicia Salguero, antigua componente de Las Vírgenes. Otra auténtica barrabasada oscilando entre el delirio del cielo, la máxima belleza dolorosa del sufrimiento y paisajes mentales que viajan desde Egipto como en “Adiós estrellas del Dolor” a otros países como en la desorbitada “Quemaba Roma Nerón”Guitarra sirena, Guitarra navaja, órganos de juguete, walkmans, Bajo con bordonero de caja…Inconmensurable. También hay una aportación literaria del escritor, músico y periodista José Luis Moreno Ruiz.
La última producción de Los Chatarreros fue “Arco Iris de Lágrimas" (DRO / GASA, 1995), su producción más ambiciosa donde el sello DRO confió plenamente en la banda y pudieron meter una incursión de cuerdas en el disco como La Orquesta de las Lágrimas. Un disco con una producción magistral donde recorren todos los registros de la banda, desde el ruidismo lírico, pasando por la electrónica hasta unos maravillosos duetos con un sonido francés y el retorcimiento del rock de los 50 a niveles insospechados. Como anécdota, contar un concierto en Las Palmas de 1995 donde pude ver a un Corcobado sin camisa agujereando la guitarra con su anillo de tubería mientras un amigo se desmayaba en primera fila. Si Jim Morrison estuviera vivo se sentiría orgulloso de él.
Tras esta aventura chatarrera, la carrera de Corcobado sigue imparable, primero bajo Corcobado y Cría Cuervos al año siguiente, junto a Manta Ray en el 97, y ya si, en solitario -de nuevo, pero definitivo-, desde 1999, además de aparecer en tributos -Derribos Arias, Esclarecidos- y colaboraciones, muchas de ellas con miembros de precisamente esta chatarra de sangre y cielo, como Ana D, Justo Bagüeste o Nacho Laguna.

lafonoteca.net

martes, 3 de mayo de 2011

Grado 33 - Ya se oculta el sol


Sorbiendo el umbrio silencio del alcohol, vuelve a sonar en mis pulsos tu nombre, arrodillo mi tristessa en un rincon y nada impide que la decapite...

Quizás el mejor momento para escuchar este disco sea cuando el sol cae y comienza a sembrar el entorno de sombras misteriosas. Un disco que trae consigo la belleza oscura del atardecer, en el que el pop se viste con una fría calidez atemporal que recuerda a grupos como Aviador Dro, Parálisis Permanente y Décima Víctima. También se debe mencionar su facilidad para encontrar la profundidad a través de la sencillez, algo al alcance de muy pocas formaciones, en ese sentido, salvando las distancias, conectan con Family.
En las letras se percibe una serenidad por momentos angustiosa y depresiva que los aires de pop electrónico que las envuelven consiguen mitigar dejándonos un dulce regusto melancólico.
Un viaje dominical a Oporto en coche con Brian Eno como banda sonora y unas copas de vino para brindar perfilan una “Noche ideal”. Un corte aparentemente inocente armado con programaciones sencillas pero muy efectivas.
Deprimido” es una atmósfera oscura y dura, el cansancio y la rutina son losas insalvables… “me muero, me muero” afirma con rotundidad Carlos entre ritmos que miran de reojo a los primeros New Order. Los aires más nueva oleros llegan con “El vagón de enfrente” y los más siniestros y truculentos con “Tienes fuego”.
En “Pánico” –su canción más conocida- se acuerdan del 11 de Septiembre y hablan de aviones sembrando el terror en Manhattan. “Horizonte” es pura poesía de la opresión –“No estoy dispuesto a seguir el triste destino / llego ya el momento de salir del vacío / ¿Cuánto tiempo he de seguir así de perdido?... ¿Dónde está el horizonte que no puedo alcanzar?-.
 En “Falsas ilusiones” se acercan a Aviador Dro y a Kraftwerk mientras que  “Naufrago” guarda un cierto parecido con el “Cuatro rosas” de Gabinete Caligari. Dejan para el final los ritmos más incisivos, los de la instrumental “En ciudades”.
Fernando Fernández Rego (La fonoteca)


Semen

lunes, 2 de mayo de 2011

Ana Curra - Volviendo a las andadas (1987)


Despues de la etapa de los Seres Vacios, en 1985 Ana reaparece bajo el nombre ya de “Ana Curra”. Se edita un maxi con 4 temas: “Una noche sin ti” y “Lágrimas” en la cara A, en la B “Volveré” y “Lágrimas (instrumental)”.
En este proyecto colaboró José Battaglio (de La Frontera ) en las letras, con la voz en “Volveré” y además en la producción. Battaglio se encargó también de las guitarras.
Completan la formación (junto a Ana y J.Battaglio) Rafa Balmaseda al bajo, y Carlos Torero en la batería. En cuanto a R.Balmaseda, es compañero ya desde Parálisis Permanente y Seres Vacíos; en ambos grupos fue igualmente bajista.
El sonido es más comercial, se incluyen también arreglos tecno (muy de moda por entonces); en definitiva el acabado de los temas es más limpio.
Hubo que esperar un par de años a la aparición de más material de Ana, esta vez se trata de un lp editado en 1987 igualmente por Hispavox. Su título es suficientemente elocuente: “Volviendo a las andadas”.
Las fotos de nuevo realizadas por García Álix y por tanto maravillosas( !!qué portada!! ).
En este disco se mantienen unas constantes: potentes guitarras, letras que hablan por sí solas y evidentemente la sugerente y misteriosa, a la par que tierna, voz de Ana. Por otra parte, Ana se hace cargo, cómo no!, de los teclados. Esto es algo que lleva haciendo desde su incorporación a los Pegamoides a principios del 80.
Manolo Uvi toca el bajo y además pone la voz en algún tema (son intervenciones puntuales…). Pollo y Fernando a las guitarras; Santiago a la batería cerrando la línea.
Las letras del álbum son de Ana (salvo “Unidos” -Nacho Canut- y “Crimen perfecto”-Quico Rivas-). En cuanto a la música, destacan en este disco colaboradores de excepción como Manolo Uvi, de nuevo J.Battaglio, Sabino Méndez, etc…
Sangre Española info


Semen

Ken Kesey - Alguien voló sobre el nido del cuco


Sinopsis:

Antes de que sus experiencias con LSD y las andanzas al frente de los Alegres Pillastres contadas por Tom Wolfe en Ponche de ácido lisérgico le convirtieran en uno de los personajes más míticos de la cultura «underground» de los años sesenta, Ken Kesey ya había publicado dos magníficas novelas: "Alguien voló sobre el nido del cuco" y "A veces un gran impulso". En especial, la primera se convertiría en una auténtica «novela de culto»: fue leída con pasión tanto en los campus universitarios como en las recién nacidas comunas hippies. En 1960 Ken Kesey, entonces estudiante universitario, se ofreció como voluntario para los experimentos sobre drogas psicodélicas LSD, peyote, mescalina, etc. que los psiquiatras de un hospital californiano ensayaban para futuros usos terapéuticos. De esta experiencia personal nació Alguien voló sobre el nido del cuco. Su protagonista, Randle McMurphy, que se finge loco para escapar a los rigores de la cárcel, es destinado a la sala del hospital psiquiátrico que dirige Ratched, la sádica y todopoderosa Gran Enfermera. Le han condenado porque, como él mismo cuenta, «pelea y folla demasiado», McMurphy, vital, generoso, amoral y rebelde, librará desde el instante mismo de su llegada una guerra sin cuartel contra la Gran Enfermera y su sistema represivo. Las batallas serán divertidas y cruentas; algunos internos perderán en ellas la vida, y otros descubrirán los encantos del sexo, la bebida, la libertad y la rebelión permanentes. Quizás ahora, años después de su publicación, y acalladas las polémicas no precisamente literarias suscitadas por la figura de Kesey, pueda ser leída como lo que es: una extraordinaria novela en la mejor tradición de la gran literatura americana y un clásico de nuestra época .
Punksunidos


Semen

Amudenas Grandes - Las edades de Lulu


Como no podía ser de otra forma, el segundo libro que os voy a presentar es 'Las edades de Lulu', publicado en 1989.

Fue la primera novela de Almudena Grandes, con la cual consiguió ganar el premio de literatura erótica 'La sonrisa vertical'. Se trata de una sugerente historia de amor, iniciación y aprendizaje sexual, realmente excitante y morbosa, que seguro que no defraudará a los lectores VICIOSOS de este blog.
La grandeza de los Vicios


Semen